Cómo medir el impacto real de la IA

Cómo medir el impacto real de la IA

La inteligencia artificial está cambiando la forma de trabajar de los medios de comunicación, desde la personalización de contenidos, hasta la automatización de tareas y la creación de nuevas fuentes de ingresos. Pero, como venimos insistiendo en post anteriores, no basta con realizar pilotos o pruebas, es necesario aproximarse de forma estratégica y transversal para que tenga impacto. Por tanto, es imprescindible saber medir el retorno de inversión (ROI).

Esto implica ir más allá de las métricas de visitas o clics y conectar el uso de IA con resultados concretos del negocio: más suscriptores, ingresos por publicidad o e-commerce; reducciones de costes o mayor eficiencia en redacción y distribución. Solo midiendo ese impacto real, la IA deja de ser una tendencia para convertirse en una estrategia sólida y rentable.

Adoptar IA no es una tarea sencilla, ni gratuita. Implica, además de invertir dinero en servidores, plataformas tecnológicas, licencias, herramientas de análisis de datos, etc., contratar o capacitar talento especializado, como científicos de datos e ingenieros de machine learning. También exige tiempo, pruebas, ajustes y mantenimiento continuo. Si después de todo ese esfuerzo no se mide el impacto, la organización no puede saber si la inversión está generando beneficios reales o si, simplemente, se ha incorporado una tecnología sin un claro objetivo.

Medir el retorno sirve para decidir si un proyecto merece seguir creciendo, si debe modificarse o incluso cancelarse. Según datos del informe ROI of AI, aunque muchas organizaciones están invirtiendo decididamente, menos de la mitad de los responsables de IT afirman haber alcanzado un retorno positivo en sus iniciativas de IA. La adopción efectiva se ve obstaculizada por la falta de estrategias claras, barreras en la integración con sistemas ya existentes y dificultades para escalar las soluciones.

Por contra, las empresas que logran ROI positivo tienen puntos en común, como la creación de centros de excelencia, la colaboración estrecha entre IT y negocio, y el uso de plataformas abiertas. A pesar de los desafíos, el 85 % de los encuestados creen que la IA generativa será fundamental para ser competitivos en los próximos años.

¿Cómo se calcula el ROI de la inteligencia artificial y qué impacto real tiene en los medios?

Calcular si una inversión en inteligencia artificial realmente merece la pena es fundamental para cualquier medio de comunicación. La fórmula básica del retorno de inversión (ROI) es sencilla: ROI = (Beneficios – Costes) ÷ Costes × 100. Dicho de otra forma, se trata de medir cuánto se gana o se ahorra gracias a la IA en comparación con lo que se ha invertido para ponerla en marcha.

Para entenderla bien, hay que tener claro qué se considera coste. En el caso de la IA, no se trata solo de pagar una licencia o desarrollar un software. También cuenta la infraestructura necesaria: servidores, almacenamiento de datos, así como el tiempo dedicado a obtener, integrar y estructurar los datos, la formación del equipo y el mantenimiento constante del sistema. Frente a ello, se sitúan los beneficios: horas de trabajo ahorradas gracias a la automatización, aumento de ingresos por suscripciones, publicidad o comercio electrónico, reducción de errores o fraudes, etc.

La marca H&M, por ejemplo, implementó un sistema de IA para responder preguntas de sus clientes online. El resultado fue que el 70% de las consultas se resolvían sin intervención humana, el tiempo de respuesta se volvió tres veces más rápido y las ventas online aumentaron en un 25%. En logística, DHL utilizó algoritmos de inteligencia artificial para optimizar rutas de entrega. Gracias a ello logró incrementar un 30 % las entregas puntuales y reducir los gastos en combustible cerca de un 20%. Estos ejemplos ayudan a entender que la IA genera valor cuando soluciona un problema concreto y cuando ese valor se puede medir.

En el sector de la prensa digital, ya existen ejemplos claros. Muchos medios deportivos o económicos emplean sistemas de IA que generan automáticamente noticias sobre resultados, finanzas o el clima. Lo que antes podía requerir una hora de redacción, hoy se produce en unos pocos minutos. Este avance supone un ahorro en costes de entre el 15% y el 30% . 

En conclusión, la inteligencia artificial solo tiene valor si genera impacto medible. Esto se traducirse en tres dimensiones: ahorro de costes y tiempo, crecimiento de ingresos y audiencia y mejora de la creación del contenido. El reto es demostrar que la inversión en IA merece la pena, que aporta más que el gasto y esfuerzo que conlleva.

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